Hay que verlo con los propios ojos para creerlo. Uno apenas puede imaginar las condiciones inhumanas en las que muchas personas, y especialmente niños, crecen en América Latina. Muchos viven en las condiciones más básicas, sin medios suficientes para alimentarse, ni electricidad, ni agua.
En la capital de Paraguay, Asunción, hay muchos barrios pobres a orillas del río Paraguay. Dios ha puesto en nuestros corazones la necesidad de capacitar a personas para que realicen un trabajo evangelístico en estos barrios pobres. Esto requiere principalmente oración, pero también ayuda financiera concreta. Nos gustaría ofrecer patrocinios para las personas que harán el ministerio en el lugar.